El Editorial lo vamos a centrar en lo que ha constituido la reacción de la República Popular China (RPC) ante la visita de Nancy Pelosi (presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., el Congreso norteamericano) a la isla de Taiwán (anteriormente Formosa). Hasta ahora, Pelosi ha sido el personaje de la política norteamericana de mas alto perfil que ha visitado Taiwán en los últimos 25 años.
China avisó a los EE. UU. que no veía con buenos ojos la visita (de menos de 24 horas) realizada a la isla, la cual considera parte de su territorio.
Coincidiendo con esta visita, y tras la misma, China ha iniciado hoy jueves sus más importantes maniobras militares en décadas alrededor de Taiwán. Ha rodeado totalmente a la isla, y algunas maniobras se realizarán a 20 km de las costas taiwanesas, incluyendo algunas de las rutas marítimas más transitadas del mundo (el estrecho de Taiwán). Como consecuencia, la Oficina Marítima y Portuaria de Taiwán emitió alertas a los buques diciendo que deben evitar áreas de las maniobras y utilizar rutas alternativas. La isla ha tenido que cancelar muchos vuelos comerciales, debido a la presencia militar cercana. (Hay que tener en cuenta que el estrecho de Taiwán tiene 130 km de ancho en su parte más estrecha. Es decir, la China Continental está a algo más de 100 km de la isla.
Esto ha sido una demostración espectacular por parte de China, y ha denominado a estas maniobras como de ‘Operación reunificación’.
Para la República Popular China (China), la República de China (Taiwán, con capital en Taipéi) siempre ha sido parte de su territorio. Y… ¡no nos engañemos! Todos los habitantes que hay en Taiwán (antigua isla de Formosa) son chinos. ¿Vale?
¿Cómo surgió el que estén separados? Vamos a explicarlo brevemente.
Cuando las tropas del Gran Timonel (Mao Zedong), líder del Partido Comunista de China, se levantó contra el gobierno de la República de China, presidida por Chiang Kai-shek (o Jiang Jieshi, líder del Partido Nacionalista Chino Kuomintang), Mao lideró al Ejército Popular de Liberación en la llamada Larga Marcha. Con el paso de los meses, el gobierno nacionalista del Kuomintang se vio obligado a trasladarse a diferentes lugares ante el avance de los comunistas, y finalmente, las tropas nacionalistas y los más altos cargos del Gobierno abandonaron la China continental huyendo a la isla de Formosa (llevándose con ellos, por cierto, todo lo que pudieron y más de riquezas: tesoros arqueológicos, pinturas, libros, etc. Todo lo que pudieron). Era diciembre de 1949. Allí, Chiang Kai-shek reorganizó su gobierno (“democrático” y capitalista, por supuesto). Mientras tanto, Mao Zedong realizó otra “larga marcha”, modernizando y desarrollando todo el territorio de la China continental tras el establecimiento, en 1949, de la República Popular China (RPC), de carácter comunista. Al refugiarse las fuerzas nacionalistas den la isla de Formosa, muchos países, encabezados por EE. UU. reconocieron a la isla como el legítimo gobierno de China. Esta situación se ha mantenido desde entonces.
Al principio nadie apostaba mucho por Mao Zedong, pero poco a poco supo acondicionar y convencer a la población de China para desarrollar la República Popular China, haciéndose fuerte, controlando sus fronteras. Todo ello redundó en que el Gobierno en el “exilio” de Chiang Kai-shek perdiera influencia en la China continental (no así en la isla de Formosa, donde declaró la República China)
Pasó el tiempo y, claro, aunque al principio se reconocía a Formosa como la legítima China tras la fuerza alcanzada por la China continental tras la Revolución de Mao Zedong, paulatinamente todos los países (entre ellos España) empezaron a reconocer a la República Popular China como al verdadera y única China, apartando sus embajadores de Formosa (hasta el punto que actualmente solo hay 14 países que tienen embajadores en Taiwán, y que reconocen la República China.
Pero fíjense en una cosa importante: EE. UU. solo reconoce un gobierno chino, el de la China continental, pero… mantiene una ambigüedad con el gobierno de Taiwán.
Por otra parte, el comercio existente entre Taiwán y el continente es enorme. Los lazos familiares (tan importantes en la comunidad china) son muy destacables. Es decir, cualquier comparación que se haga con la situación planteada actualmente entre Ucrania y Rusia no viene al caso.
Evidentemente, EE. UU. ha aprovechado para calentar más la guerra fría mediante la visita de Nancy Pelosi a Taiwán, pero… “pelillos a la mar”. A los norteamericanos les ha dado igual; los habitantes de la isla han seguido con su vida; pero… a la República Popular China no le ha dado igual. En pocos días ha organizado estas maniobras militares (que se prolongarán hasta el lunes), dando una muestra de fuerza con helicópteros, navíos, portaviones, etc., etc. China está mostrando que, si rodea la isla y corta los suministros, allí no sobreviviría nadie.
No creemos que China esté haciendo una copia de los rusos con Ucrania, o que esté aprendiendo de la situación de los ucranianos, no. China tiene suficiente poder militar como para aislar completamente a Formosa, y que su gobierno se rinda. De hecho, China considera a Formosa como una de sus provincias. Formosa obtendría un estatus especial (como Hong Kong o Cantón). Realmente, si Formosa no es de facto parte de China es porque esta última no ha querido ya que ha estado muy ocupada en el desarrollo de la parte continental.
Dejamos estos datos…
Ahora bien, si nos ponemos a las malas, la ambigüedad norteamericana de solo reconocer un gobierno (el de la RPC) pero de apoyar también a la isla de Taiwán diciendo Pelosi que “nunca los abandonará en su lucha contra el imperialismo chino”, pues… ¿en qué quedamos?
Mientras tanto, los 14 países apoyan a Taiwán en la situación actual, pero el resto de la comunidad internacional no se ha pronunciado. De hecho, no hay ningún organismo internacional que reconozca la existencia de Taiwán (ni la ONU, ni la UE, etc.). No obstante, Borrell and company (OTAN) han condenado las maniobras chinas… ¡pues vale!
¿Nuestra opinión al respecto?
No es ni a favor ni en contra. Esto es un juego político muy claro, y más pronto o más tarde, Taiwán formará parte oficial de la RPC. Esto es lo sensato que ocurra. Y probablemente eso ocurra sin ninguna guerra, ya que la RPC no tiene ningún interés en atacar a sus propios ciudadanos. No quiere, para nada, otra guerra civil como la que se gestó durante la Larga Marcha. Y los habitantes de Taiwán tampoco la quieren.
Por lo tanto, esta situación actual de demostración de fuerza de Beijing lo que hace es alertar al gobierno de Formosa para ver cuándo se iniciarán conversaciones. Creemos que ese ha sido el aviso.
Quizás seamos muy optimistas o pardillos por pensar así… La realidad es que, aunque no queremos ponernos el adjetivo de politólogos ni nada parecido, sí nos gusta investigar y ver las situaciones. Conociendo el carácter chino, esta demostración de fuerza tan impresionante es como una carta de presentación para decir “vamos a hablar”.
Así lo vemos, y así se lo contamos. Por lo tanto, somos optimistas. Desde el punto de vista de la política internacional, la posibilidad de que China invada militarmente a Formosa no es visible. Además, pasaría una cosa: si así fuera, EE. UU. solo podría hacer con Formosa lo mismo que hace ahora con Ucrania: mandar material militar para que se defiendan, pero… ¿por dónde? Formosa es una isla.
Realmente, podemos estar tranquilos por esta nueva avalancha (COVID, Ucrania, el Mono, la Corbata...), y ahora China. Verdaderamente es que…
Creemos que podemos estar tranquilos a este propósito, a pesar del impresionante despliegue militar realizado por China en el límite de las aguas territoriales de Formosa.
Toda esta maniobra de “Reunificación” se está retransmitiendo a toda China. Y, por otra banda, Rusia se ha apresurado a aprobar todo este despliegue… (Aquí cada uno aplaude a su lado)